domingo, 7 de junio de 2009

LOS VIAJES DE COLON



Las peripecias del navegante Cristóbal Colón a lo largo de sus viajes hacia el continente
americano significaron un profundo cambio en la realidad de su época y supusieron el
descubrimiento de un nuevo mundo que cambiaría la visión de los siglos posteriores. En estos cuatro viajes, Colón tenía la intención de llegar hasta las costas orientales de Asia y en cambio consiguió que se conocieran tierras que hasta entonces no habían sido visitadas
por los europeos de entonces. De esta forma, se inició una expansión hacia el nuevo
territorio, que adquirió una enorme importancia a todos los niveles, principalmente en lo que
se refiere a los asuntos económicos.

PRIMER VIAJE
Cristóbal Colón, al mando de las carabelas Pinta, Niña y Santa María, salió del puerto de Palos de la Frontera el 3 de agosto de 1492 y pasó por las Canarias, donde se tuvo que arreglar el timón de la Pinta. El 16 de septiembre, las embarcaciones alcanzaron el mar de los Sargazos y el 12 de octubre llegaron a la isla de Guanahaní. Después siguió su trayecto por Cuba (28 de octubre) y La Española (6 de diciembre), donde fundó el fuerte de Navidad.
Finalmente, tras regresar nuevamente a Palos, vivió un recibimiento triunfal en Barcelona, donde se encontró con los Reyes Católicos.

SEGUNDO VIAJE
Durante su segundo recorrido, Colón salió de Cádiz el 25 de septiembre de 1493 junto con 17 barcos y unos 1.200 hombres. Con un rumbo más al Sur, llegó a las islas Dominica, Guadalupe, Antigua y Puerto Rico, y fundó en diciembre la primera ciudad de América, la Isabela. También recorrió la costa sur de Cuba, alcanzó Jamaica y descubrió, sin revelarlo, Suramérica
cerca de la actual ciudad de Cumaná (Venezuela). En este tiempo comenzó el poblamiento de la Española y regresó a Cádiz el 11 de junio de 1496.

TERCER VIAJE
Su tercer trayecto se inició en Sanlúcar de Barrameda el año 1498 con una flota de ocho navíos y 226 tripulantes. En este viaje pasó por Cabo Verde, navegó por un zona más meridional y conoció las islas de Trinidad, Tobago y Granada, para finalmente alcanzar el continente en la península de Paria (Venezuela). Más tarde, Francisco Bobadilla, enviado por los reyes para investigar ciertas irregularidades, apresó a Colón, que volvió a tierras europeas a primeros de octubre de 1500.


CUARTO VIAJE
Para iniciar su última etapa salió el 11 de mayo de 1502 con cuatro navíos y 150 hombres con el objetivo de encontrar un paso para llegar a las islas de las Especias (las actuales Molucas). Atravesó el Atlántico en una ruta parecida a la del segundo viaje y se acercó a Dominica, Puerto Rico, Honduras y Panamá sin hallar lo que buscaba. En su camino a La Española, iniciado el 1 de mayo de 1503, recaló en Jamaica, donde tuvo que esperar para salir hasta el 28 de junio. Finalmente llegó a Sanlúcar de Barrameda el 7 de noviembre del año 1504.

DESCUBRIMIENTO DE AMERICA

Una de las fechas más significativas durante el reinado de los Reyes Católicos fue la del 12 de octubre de 1492: el día en que Cristóbal Colón descubrió América.
La divulgación de las obras geográficas de Ptolomeo hizo concebir al genovés Cristóbal Colón (1.451-1.506) el proyecto de llegar a las Indias navegando hacia Occidente.

El hecho de que Cristóbal Colón (que no era español de origen) acudiera a una corte extranjera para ofrecer sus servicios prueba que el descubrimiento de América no fue en modo alguno accidental.

Portugal y Castilla (España) estaban muy avanzados en la exploración de rutas mercantiles marítimas y Sevilla, una rica y populosa ciudad española era por entonces un importante centro comercial. Sabemos que las rutas africanas permanecían cerradas para Castilla en favor de Portugal. En 1479, por el tratado de Alcaçova, Alfonso V de Portugal renunció a sus aspiraciones sobre Castilla y reconoció los derechos de Castilla en las islas Canarias, mientras que Castilla reconocía los derechos de Portugal en las Azores, Cabo Verde y Madeira.
Las Islas Canarias eran una puerta excelente hacia rutas alternativas. Esto es lo que Cristóbal Colón ofreció, y lo hizo a un estado que precisaba de ellas, y que estaba también acostumbrado y preparado para este tipo de empresa.
La España unificada poseía en 1492 una poderosa maquinaria de guerra, una sólida economía, una proyección exterior, experiencia naval que incluía la exploración de rutas mercantiles, y un notable potencial cientifico-tecnológico: matemáticos, geógrafos, astrónomos y constructores navales, que habían sido formados en una mezcla de tres culturas (judíos, musulmanes y cristianos). Su único rival era la vecina Portugal que, como ya sabemos, había puesto punto final a la expansión española en Africa.

La oferta de Colón fue rápidamente aceptada a pesar de sus conocidos errores. Pero durante su viaje a Asia sus carabelas, inesperadamente, tropezaron con el continente americano.

Los españoles estaban especialmente bien preparados por su historia para conquistar, ocupar, poblar y explotar nuevas tierras y asimilar nueva gente. América, entonces, se convirtió en la nueva tierra prometida para aquella gente acostumbrada a la aventura y con las armas militares, diplomáticas y administrativas a su disposición para afrontar el reto. A mediados del siglo XVI, se habían establecido en dos de los virreinatos más importantes, Méjico en el Atlántico y Perú en el Pacífico.

CONCEPCION DE LA TIERRA EN EL SIGLO XV


La noción de una Tierra plana se refiere a la idea de que la superficie habitada de la tierra es plana, en lugar de ser una tierra esférica curvada.

Este artículo se centra en las visiones sobre la forma de la Tierra durante la historia de Europa, en evidencias históricas a favor y en contra de la creencia moderna de que la gente en la Europa Medieval creía que la Tierra era plana, en creyentes modernos en una Tierra plana, y en el uso de la idea de una tierra plana en la literatura y la cultura popular.Al principio de la antigüedad clásica, la creencia generalizada consistía en que la Tierra era plana.

Los filósofos griegos de ese periodo tenían tendencia a sacar conclusiones similares a las de Anaximandro, quien creía que la Tierra era un corto cilindro con una superficie plana y circular. Se ha conjeturado que la primera persona en haber defendido la idea de una tierra esférica fue Pitágoras (siglo VI a. C.), pero esa idea contradice el hecho de que la mayoría de los presocráticos pitagóricos consideraban que la tierra era plana . Eratóstenes, sin embargo, ya había calculado hacia el siglo III a. C. que la Tierra era una esfera, así como una estimación de su circunferencia.


En tiempos de Plinio el Viejo, en el siglo I, la mayoría de los estudiosos occidentales aceptaban que la Tierra tenía forma esférica. Más o menos por entonces, Claudio Ptolomeo derivó sus mapas de un globo curvado, y desarrollo el sistema de latitud, longitud y climas. Sus escritos se convirtieron en la base de la astronomía europea durante la Edad Media, aunque la antigüedad tardía y la Alta Edad Media vieron argumentos ocasionales en favor de una Tierra plana.
El error moderno de que la gente en la Edad Media creía que la tierra era plana se introdujo por primera vez en el imaginario popular en el
siglo XIX.

EL COMERCIO EN EUROPA EN SIGLO XV

En el siglo XV se producen hechos importantes para toda la humanidad.
En España se produce la unión de dos coronas la de Castilla y la de Aragón, por la boda de Isabel y Fernando, los Reyes Católicos. Se produce una unificación político-administrativa.
Uno de los grandes objetivos era conseguir oro o plata. Esta obsesión respondía al deseo individual. Esta ansia por la obtención de oro era porque desde la época romana había un comercio entre Europa, india y china de una serie de productos que eran importantes para las clases altas (especias, sedas,...).
El comercio con Asia estaba incrementado desde la época de Marco Polo. Este comercio era deficitario para Europa porque no tenía gran cosa que ofrecer a cambio. Entonces, había que saldar el déficit con metales preciosos. Se incrementa la demanda de estos metales.
En Europa no había grandes cantidades. El oro era facilitado por los árabes como intermediarios para facilitar ese oro. Pero esto además de ser insuficiente era una situación comprometida para los europeos por depender de los árabes. Todo esto crea un fuerte estimulo para la exploración atlántica.
Se trata de acceder directamente a las fuentes de oro
En este siglo los turcos se están expandiendo por todo el imperio. Van a controlar toda la zona del próximo oriente y norte de África. Van a tomar la ciudad de Constantinopla y van a bloquear ese comercio tradicional procedente de la India y de China. Los europeos, mayormente genoveses, se ven expulsados de ese comercio y buscan alternativas.

En los siglos XIII, XIV y XV se van a producir una serie de avances técnicos que van a favorecer las exploraciones. Hay mejoras técnicas en la navegación tales como portulanos, cartas marítimas, brújulas, astrolabio... A pesar de estos avances seguían existiendo dificultades como por ejemplo, el tipo de navío que se necesitaba.

En el mediterráneo, el barco tradicional era la galena, pero funcionaba con remos, por lo que no era muy aconsejable porque gran parte del espacio útil era ocupado por los remeros. Además, también estaba el tema de la velocidad y que estaban adecuadas para mares tranquilos, por lo que no eran aptas para la navegación por el Atlántico.
En el mar Báltico existían los barcos llamados “cocas” que eran muy lentos por su configuración.
El problema se soluciona con la aparición de la carabela. Tiene mayor capacidad y combina velas triangulares con cuadradas que hacen la embarcación mas marinera y manejable.